La motivación al
logro en el contexto de la
Educación Media General. Una
Aproximación a la teoría fenomenológica para la prevención de la
drogadicción en Adolescentes.
Resumen
It is clear today, and perhaps repetitive remember, the worrying rate of school failure, which occurs whenever a higher proportion of school population. aware that this result may tend toward an increase, does not depend exclusively on attitudinal factors (the intelligence-performance is only 0.45) (Beltran et al., 1987; Lucart, 1979, Perez Serrano, 1981), many factors have shuffled from all sides that there affect the teaching environment, curriculum, student, etc.., to tackle the problem (line-of meo educational reforms). but it is palpable in this prescribed population and we believe, not only scientists but also other educational area (love and love, 1984, Ausubel et al., 1990, Beltran, 1984 ed. gagné, 1991, Garrido, 1986, 1987 , 1990; Good & Brophy, 1988), a second complex of extraordinary impact factor that would explain and clarify the relationship as outlined above is the considerable lack of "desire to learn." this lack of drive, motivation (ultimately>, is unquestionably a factor of influence and weight in the educational reality of the classroom (ed. gagné, 1999), where the teaching happens and learning.
It is well known the constant concern of the teaching professionals at the lack of motivation in students not only to study but to learn, to make his knowledge and thus develop their personality (Hernández Ruiz and Gomez, 2008; Anthony Dominguez, 2009; Valley, 2006). The primary consequences of this lack of motivation is obvious: no expectations of success, lack of incentives for the study, school boredom apathy, constant disappointment, decreased self-esteem and auteconcepto, poor interpersonal relationships, affection battered, negative attitudes toward school and learning, poor performance, etc.. (Love and air, cited by Brophy, 2005; Good et al., 1986 2004; weiner and potepan, 2005). Because these consequences are, and the picture that lead, which have led us to develop this research on motivation in education.
Research purposes
Thus, we propose generale objectives of this:
Passing a historical magazine quick overview to the problem of motivation and theories;
- .. Check the status of the latest scientific advances in this field both theoretically and practically;
- .. Transversal evolutionary study some aspects school population motivational light of a theory (b attributional. Neiner) and
- .. Design and verify the effectiveness of a motivational enrichment program.
It is clear today, and perhaps repetitive remember, the worrying rate of school failure, which occurs whenever a higher proportion of school population. aware that this result may tend toward an increase, does not depend exclusively on attitudinal factors (the intelligence-performance is only 0.45) (Beltran et al., 1987; Lucart, 1979, Perez Serrano, 1981), many factors have shuffled from all sides that there affect the teaching environment, curriculum, student, etc.., to tackle the problem (line-of meo educational reforms). but it is palpable in this prescribed population and we believe, not only scientists but also other educational area (love and love, 1984, Ausubel et al., 1990, Beltran, 1984 ed. gagné, 1991, Garrido, 1986, 1987 , 1990; Good & Brophy, 1988), a second complex of extraordinary impact factor that would explain and clarify the relationship as outlined above is the considerable lack of "desire to learn." this lack of drive, motivation (ultimately>, is unquestionably a factor of influence and weight in the educational reality of the classroom (ed. gagné, 1999), where the teaching happens and learning.
It is well known the constant concern of the teaching professionals at the lack of motivation in students not only to study but to learn, to make his knowledge and thus develop their personality (Hernández Ruiz and Gomez, 2008; Anthony Dominguez, 2009; Valley, 2006). The primary consequences of this lack of motivation is obvious: no expectations of success, lack of incentives for the study, school boredom apathy, constant disappointment, decreased self-esteem and auteconcepto, poor interpersonal relationships, affection battered, negative attitudes toward school and learning, poor performance, etc.. (Love and air, cited by Brophy, 2005; Good et al., 1986 2004; weiner and potepan, 2005). Because these consequences are, and the picture that lead, which have led us to develop this research on motivation in education.
Research purposes
Thus, we propose generale objectives of this:
Passing a historical magazine quick overview to the problem of motivation and theories;
- .. Check the status of the latest scientific advances in this field both theoretically and practically;
- .. Transversal evolutionary study some aspects school population motivational light of a theory (b attributional. Neiner) and
- .. Design and verify the effectiveness of a motivational enrichment program.
Resumen
Es evidente hoy día, y quizás
repetitivo recordarlo, el preocupante índice de fracaso escolar, que se da cada vez en mayor proporción de población
escolarizada. conscientes de que este resultado puede tender hacia un alza, no
depende exclusivamente de factores aptitudinales (la relación
inteligencia-rendimiento es de apenas 0.45) (Beltrán et al., 1987; lucart,
1979; Pérez serrano, 1981), muchos factores se han barajado desde todas las
vertientes que allí inciden, la docente, ambiental, curricular, discente, etc.,
para atajar el problema (línea de las reformas educativas del meo). pero se
hace palpable en esta prescrita población y nosotros consideramos, no solamente
sino también otros científicos del área educativa (ames y ames, 1984;
ausubel et al., 1990; Beltrán, 1984; ed. gagné, 1991; garrido, 1986,
1987, 1990; good y brophy, 1988), un segundo factor complejo de extraordinaria
incidencia que permitiría explicar y aclarar esa relación antes esbozada como
es la considerable falta de “ganas de aprender”. esta falta de empuje, de
motivación (en definitiva>, es un factor de incuestionable influencia y peso
en la realidad educativa del aula (ed. gagné, 1999); , lugar donde sucede el proceso de enseñanza
y aprendizaje.
Es de sobra conocida la constante
preocupación de los profesionales de la enseñanza por la falta de motivación en
los alumnos no sólo para que estudien
sino para que aprendan, hagan suyo el conocimiento y de esa forma desarrollen
su personalidad (Hernández Ruiz y Gómez,
2008; Anthony Domínguez,
2009; valle, 2006). Las consecuencias primarias de esta falta de
motivación son obvias: ausencia de expectativas de éxito; falta de incentivos
para el estudio; aburrimiento apatía
escolar; decepción constante; disminución de la propia autoestima y
auteconcepto; relaciones interpersonales insatisfactorias; afectividad
maltrecha; actitudes negativas hacia la escuela y el aprender; escaso
rendimiento, etc. (ames y aires, citados
por Brophy, 2005 ; Bueno et al., 1986
2004; weiner y potepan, 2005). Son
pues estas consecuencias, y el panorama que propician, lo que nos han
dirigido para el desarrollo de esta
investigación sobre la motivación educativa.
Propósitos
de la investigación
Así
pues, nos proponemos como objetivos generale de ésta:
Pasar una rápida revista
histórico-panorámica al problema de la motivación y sus teorías;
-.. Verificar
el estado de los últimos avances científicos en este campo tanto a nivel
teórico como práctico;
-.. Estudio
evolutivo transversal en una población escolarizada sobre algunos
aspectos motivacionales a la luz de una teoría (la atribucional de b. neiner);y
-..Diseñar
y verificar la eficacia de
un programa de enriquecimiento
motivacional.
CAPITULO I
EL MARCO HISTÓRICO-CONCEPTUAL
Una clasificación histórica
fundamentada en criterios científicos, más que cronológicos, acerca de las
diversas teorías sobre la motivación parece una tarea casi imposible, pues
existen prácticamente tantas clasificaciones como obras se han escrito al
respecto, aunque si nos es posible trazar una línea general común a casi todas
en la que encuadrar las diversas teorías.
La
definición de este continuo
surge tras la revisión
de una serie de obras de (pardo y Alonso, 2002; schieffele, 2002; teevan, 2003; tellez, 2004; weiner 1999), con el único fin de
proporcionar un marco de referencia y localización sin ninguna otra pretensión
que no fuere ésta, (tal como desarrollar todas y cada una de las teorías
enunciadas), pues éste no es lugar ni fin de esta investigación, conscientes
además de que siempre nos dejaríamos alguna “fuera”. Así pues, siguiendo a weiner (1989, 1990a,
19901,), y tomando el momento de la publicación de su teoría de las atribuciones
causales como punto de referencia, previa a ésta distinguimos dos grandes
núcleos de teorías: las que hacen referencia a la reducción de la “necesidad” y
las del binomio expectativa—valor. el primero estaría compuesto por la teoría
psicoanalítica de la motivación de Freud <1934, 1951, 1953) y la teoría del
“drive” o reducción del impulso con hulí (1943, 1951> como máximo
representante. estas dos teorías (denominadas de orientación asociacionista
[Beltrán et al., 1987)) junto con la de lewin que sigue, han venido a
denominarse también teorías homeostáticas citados por Moncalve 2005) del segundo núcleo formarían parte la teoría
del campo de levin (1935, 1936, 1951); la teoría de la motivación de logro
iniciado por Murray en 1938 (donde consigue confluir los dos sistemas
anteriores de reducción del impulso y del incentivo [Téllez, 1999)) y
continuada por mcclelland y la teoría
del aprendizaje social con Bandura (1963, 1965, 1982, 1987a,b) y rotter
<1954, 1972) a la cabeza. a partir de 1979 (más o menos), fecha de la
publicación del articulo a tbeory of rnotivaticn for sorne classroorn
experiences, en que integra 3. weiner los principios: de la motivación de
logro; del locus de control de rotter (1954) y de la teoría del psicología
espontanea o de las atribuciones sociales de heider (1958>, (con los que
crea la teoría de las atribuciones causales>; podemos hablar del inicio de
la etapa cognitivista. o cognitiva también, en la que entre otras podemos
encontrarnos con la teoría de la disonancia cognitiva de festinger (1956); de
la atribución social de xelley <1971. 1973, 1983; kelley y michela,
1980>; de la motivación intrínseca de dcci (1971, 1972, 1975); de la
sobrejustificación da levine <1976> y lepper <1973; lepper y creene,
1975; 1928) (éstas dos oltixnas en la línea de la controversia motivación
intrínseca - motivación extrínseca, continuada ulteriormente por abel [1988]);
las reformulaciones de la motivación de logro de raynor (1969, 1970, 1980;
raynor y mefarlin, 1986> y heckhausen <196.7, 1987; et al. 1985), etc.
pero también podemos dar cabida a una serie de teorías de enfoque humanista
como la de la autonomía funcional de allport <1961) de las necesidades de
maslow (1943, 1967, 1971, 1975) y de la aceptación del ser de rogers <1966,
1971, 1974). finalmente, consideramos como actuales lineas de investigación
tanto teórica como práctica las trazadas por: dcci <1985; y ryan, 1991; a
al., 1991) y ryan 1991: paris, et al.,
1983; schunk y ziraserman, 1989; sorrentino y hiqgins, 1986; steinkamp y maehr,
1984; veinert y icluer, 1987).
CAPITULO II
LA TEORÍA ATRIBUCIONAL DE LA MOTIVACIÓN
Esta teoría, más conocida como
“de las atribuciones causales”, fue desarrollada por b. weiner. en un intento
de integrar los principios de la motivación de logro de mccleiland y atkinson;
el locus de control de rotter (1954> y las atribuciones
sociales/interpersonales de heider <1958>, se creaba la teoría
atribucional <o cognitiva) de la motivación de logro que mayor desarrollo y
peso ha tenido en el campo educativo. ya en un primer momento las
investigaciones llevadas a cabo por neiner y sus colegas (weiner y kukla, 1970;
weiner y potepan, 1970; weiner et al., 1971), aun relacionadas con la
motivación de logro, confirmaban la existencia de cuatro atribuciones
fundamentales, tales por haber sido elegidas con mayor frecuencia por los
sujetos encuestados, como la habilidad, el esfuerzo, la dificultad de la tarea
y la suerte, encuadradas todavía en un sistema de clasificación de dos ejes,
estabilidad y locus de control (que posteriormente evolucionaría a locus de
causalidad y controlabilidad). de todos modos, los resultados indicaban que los
sujetos de alta motivación de logro atribuían internamente su éxitos a la
habilidad y al esfuerzo y sus fracasos nunca a la falta de habilidad sino a la
falta de esfuerzo o la mala suerte, lo cual mantenía su subjetiva probabilidad
de éxito en la tarea y les hacía más persistentes en ella. al contrario, los de
baja motivación de logro, en caso de fracaso lo atribuían a una falta de
habilidad y desistían de la tarea más rápidamente. pero es en 1979 con la
aparición del articulo a tbeory of motivation for sorne classroow
experiences cuando se sientan las bases de la teoría atribucional que
permanecen hasta nuestros días (weiner, 1986a) la premisa central de esta
teoría es que la búsqueda del “por qué” de las cosas, de los hechos, es el
resorte básico de la acción; de esta manera el conocimiento actúa como forma
básica de motivación. esta búsqueda de explicaciones, causas, se hace más
frecuente ante un resultado inesperado (fracaso> que esperado (éxito>
(weiner, 1979) aunque se consideraron como atribuciones básicas sólo cuatro
<habilidad, esfuerzo, dificultad de la tarea, suerte) debido a que la lista
de causas de éxito y de fracaso es prácticamente infinita, se hizo necesaria
una clasificación o taxonomía que aportara cierto orden. dicho así, el esquema
es como sigue (neiner, 1979) interno externo control no control, estable
esfuerzo típico habilidad tendencias del profesor díf tarea inestable esfuerzo
inmediato humor ayuda no usual de los demas suerte para, tras progresivas
nodificaciones (elig y frieze, 1979), llegar a la actual forma propuesta por
russell (1982; y también russell y
mcauley, 1986; russeil, mcauiey y lanco, 1987): control interno no control,
control no control estable esfuerzo
habilidad esfuerzo e de los otros die tarea inestable interes esfuerzo no!<
ganas hui4or esfuerzo no 1< de los otros suerte un ejemplo de las diversas adscripciones
causales al éxito— fracaso en una prueba podría ser el siguiente cuadro de
causas percibidas en una situación de fracaso ante un examen o tarea (weiner,
1986b) interno externo control no control control no control estable nunca
estudio poca habilidad el profe me tiene
manía la escuela exige mucho no estudié, enfermé los amigos; mala inestable para este
el día no re suerte examen del examen ayudaron para construir este esquema
clasificatorio se emplearon tres dinensiones: la causalidad, la estabilidad
(ambas provenientes de los estudio teóricos previos de brehir, 1966; decharms,
1968; oeci, 1975; heider, 1958; rotter 1966) y la controlabilidad. la dimensión
de causalidad, llamada posteriormente internalídad, distingue las causas de un
evento en internas o externas al sujeto; así, por ejemplo, la habilidad seria
interna al sujeto pero la dificultad de la tarea no. la estabilidad distingue
las causas sobre la base de la consistencia temporal (weiner, 1984), es decir,
hace referencia a lo estable <invariable) o inestable <variable) de
dichas causas; la suerte puede cambiar de una tarea a otra pero la habilidad
no. finalmente, la controlabilidad hace referencia a la posibilidad que tiene
(que ha tenido) el sujeto de controlar esa causa, por eso se dice que el
esfuerzo es controlable pero la suerte no. otras dos dimensiones
también se barajaron: la intencionalidad (Rosenbaum, 1972; citado por weiner
1979) y la globalidad (abramson, selígman y teesdale, 1978>; pero tanto
entonces costo ahora (weiner, 1986a;
1991> no tienen un suficiente peso
especifico. de todos modos, las tres dimensiones causales que han sido identificadas representarían un total de
cinco distinciones ..ausales <weiner,
1984): la teoría atribucional de la motivación y la emoción tanto las
concepciones mecanicistas como cognitivas de la conducta han identificado otra
clase de variables que afectan a la motivación. estas son las denominadas
incentivos de la nieta o propiedades del objeto neta que se desea alcanzar. la
motivación se cree venga determinada por aquello que uno puede conseguir
(incentivo) como por la probabilidad de conseguirlo (expectativa); y éste es
precisamente el principio de la teoría expectativa—valor uweiner, 1985). esta teoría atribucional de la motivación y
la emoción <que ahora sigue>, se presenta como una secuencia temporal, histórica;
parte de las concepciones previas sobre el binomio expectativavalor
estableciendo lazos entre el valor y el sentimiento elicitado después de una
actividad dirigida al logro (weiner, 1985, 1986a,b>. las emociones son
particularmente responsables de los resultados en situaciones de logro, de las
adscripciones causales y de las dimensiones de la causalidad <weiner,
1983a); pues aquellas, más y mejor que las percepciones causales, parecen ser
los motivantes inmediatos de la acción (weiner, 1984) . siguiendo la línea
cognitivista de “se siente de la misma manera que se piensa” <weiner,
1983a>, los pensamientos hacen surgir sentimientos y éstos guían la
conducta. las emociones—sentimientos son también motivantes indirectos de la
conducta y de los mismos procesos de atribución porque son antecedentes
salientes del pensamiento causal (weiner, 1984). así la teoría postula que ante un suceso, en
un primer momento, se produce una reacción emotiva denominada primitiva dependiente
del resultado e independiente de la atribución, cuyo signo <el de la
emoción> variará según lo deseado—esperado/inde— seado—inesperado del
resultado. posteriormente surgen lo que son las emociones dependientes de las
atribuciones que son determinadas por la percepción de la causa del resultado
anterior y que a su vez influenciaran la conducta subsiguiente (weiner, 1985,
lsbea,b) gráficamente expresado <weiner, 1986a> positivo
CAPITULO III
LA
MOTIVACIÓN PARA APRENDER
Partiendo de que la escuela es un
lugar de trabajo en el cual el individuo hace frente a actividades, que
requieren más un esfuerzo cognitivo que físico, recompensadas bajo algún tipo
de sistema de recompensa y no un lugar de juego donde se ofrece la posibilidad
de elegir en función de preferencias personales (brophy, 1983a,b) ; la
motivación para aprender puede ser interpretada tanto como un rasgo general
como un estado especifico a una situación <brophy, 1981a,b). como un rasgo
general la motivación para aprender hace referencia a una disposición
continuada de valorar el aprendizaje como una actividad satisfactoria y
merecedora de esfuerzo, de esfuerzo para conocer y dominar las situaciones de
aprendizaje. este rasgo es más característico en los sujetos que encuentran el
aprendizaje intrínsecamente valioso (que se divierten o satisfacen aumentando
sus conocimientos, incrementando su entendimiento de conceptos o procesos, o
dominando destrezas). en situaciones especificas, un estado de motivación para
aprender se da cuando al afrontar una tarea se es guiado por la mcta o
intención de adquirir el conocimiento o dominio de la destreza que la tarea
posee (8rophy, 1987a,b). los estudiantes que están motivados no necesariamente
encuentran las tareas de la clase intensamente placenteras o excitantes, sino
que podrían hacer frente a ellas seriamente, encontrándolas significativas e
intentar obtener el beneficio prefijado de ellas (brophy, 1983b, el aprendizaje hace referencia al
procesamiento de la información (darle un cierto sentido> y a la comprensión
y dominio de los avances que se producen durante la adquisición del
conocimiento o la destreza, y la actuación a la demostración dc tal
conocimiento o destreza después de su adq~.isición <bropby y kher, 1986); de
ahí que el término motivación para aprender haga referencia a la motivación
implícita a los procesos subyacentes que ocurren durante el aprendizaje irás
que a la motivación que quia la actuación <reproducción o aplicación de los
conocimientos previamente adquiridos) (brcphy, 1987a) la motivación en general y especialmente para
situaciones específicas, podría ser descrita mediante lo que se ha venido
denominando teoría expectativa—valor: el grado de esfuerzo que los individuos
pondrán con el fin de alcanzar una determinada nieta estará en función del
valor que ellos sitúen en alcanzar esa meta y en sus expectativas de ser
capaces de alcanzarla si hacen un
esfuerzo <brophy, 19831,, 1987b), que es la misma orientación general
compartida por las teorías motivacionales del logro, la percepción de eficacia
y las atribuciones causales (brophy y kher, 1986) normalmente no se ha dado
ningún énfasis al potencial valor reforzante de la participación activa en
procesos envueltos en la resolución de tareas o consecución de las
consecuencias de estos procesos (incrementos de conocimientos o
destrezas). la teoría de la motivación
de logro subraya el nivel de aspiración, la situación de la nieta y el esfuerzo
de logro. aun siendo cercana a lo que es la motivación para aprender, su
énfasis se centra más en encontrar los canones—standards de excelencia que
sobre la valoración de los procesos de aprendizaje o sus resultados. la teoría
atribucional se centra sobre los resultados de éxito o fracaso y sus
atribuciones a las causas percibidas. otra vez aquí el énfasis recae sobre si
el resultado es o no un éxito con respecto a ciertos cánones de excelencia y no
sobre los procesos y resultados de enrolarse en esa tarea por si misma (brophy,
1983b, 1987a) . en términos expectativa—valor, la mayor parte de las
explicaciones motivacionales que se han dado se concentran sobre el término
expectativa ignorando el valor, y sobre todo el hecho de que los alumnos pueden
aprender a valorar el aprendizaje por si mismo (brophy, 1983b, 1987ª.)
En resumen, tanto los análisis
lógicos como alguna que otra evidencia, sugieren que el estado motivacional que
es óptimo para el acercamiento y resolución de tareas académicas es casi más un
estado “suave” de flujo que un estado de gran impulso <drive> o
excitación (arousal) , que supone una serie de componentes cognitivos
relacionados con el deseo de obtener unos beneficios determinados del
aprendizaje (aumento del entendimiento o de destrezas> que la tarea se
supone produzca. idealmente, los alumnos no tendrían ansiedad, miedo al fracaso
y otras distracciones (inclusive las de ganar la competición o conseguir una
recompensa externa) y valorarían tanto el aprendizaje en general como esa
actividad en concreto; estarían relajados y orientados hacia el aprendizaje más
que “preocupados” u orientados a la evaluación de su actuación con referencia a
cánones externos de excelencia (brophy, 1983b), una ulterior consideración que
complica el. estudio de la motivación para aprender es lo difícil que resulta
mantener una clara separación entre los elementos motivacionales (motivos,
metas> y los elementos cognitivos, ejecutivos o estratégicos que intervienen
en el aprendizaje de los contenidos académicos <conductas para el
tratamiento de datos numéricos, destrezas para el procesamiento de información,
estrategias de seguimiento y modificación de la comprensión, heurísticos para
la resolución de problemas, etc.). por tanto en el estudio de las típicas
situaciones escolares de aprendizaje, hacer referencia a un estado de
motivación del alumno implica la presencia no solamente de elementos
motivacionales sino también de elementos de aprendizaje y cognición
<estrategias cognitivas y metacognitivas) (brophy, 1982a). Finalmente,
desde el punto de vista de la socialización, la motivación tanto como un
rasgo general como un estado situacional se interpreta como una competencia
adquirida, desarrollada a través de la experiencia general pero estimulada más
directamente a través del modelado, la comunicación de expectativas y la
instrucción directa o socialización de personas significantes (especialmente
padres y profesores) (Bropby, 19137a,
1987b).
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